Solo espero que no sea un adiós.

De repente, el mundo que tenías construido se derrumba. Sin saber por qué, sin entender cómo, todo lo que soñabas desaparece. Te das cuenta de que las cosas no eran tan difíciles como intentaste meterte en la cabeza para no hacerte daño y quizás… haya servido de algo.

Sí, todo se acaba. Ya no estará para recordarte día a día ese momento que… simplemente ese momento. El futuro inmediato ya no se presenta tan negro, porque una de las dos personas que más te importan de esa empresa no estará y no podrán utilizarlo en tu contra.
Supongo que empieza una nueva etapa. Cierro ese capítulo de mi vida y empiezo a escribir el siguiente. ¿Si lo echaré de menos? Por supuesto. Pero a día de hoy creo que es lo mejor. Lo que él quiere y… lo que yo necesito.